martes, 6 de mayo de 2008

Entrenamiento 2: El Carrascalejo (Mérida)....Cáceres

Video resumen de etapa:


El Carrascalejo…Aljucén….Alcuéscar…Albalá..Casas de San Antonio..Aldea del Cano…Valdesalor…Cáceres.


Kilómetros.- 81.8

Tiempo total.- 5:57:13,63

Velocidad Máxima.- 40.6 km/h

Velocidad Media.- 12.7 km/h

Altura Máxima.- 515 m.

Calorías consumidas.- 2899

Aprovechando el Puente del 1 de Mayo me marcho al pueblo, El Carrascalejo (Mérida) para pasar unos días de descanso. Me acompaña mi Bpro. porque quiero hacer una etapa de entrenamiento en el mismo Camino de la Ruta de la Plata. El viernes 2 de Mayo es el día elegido para realizar el trayecto desde El Carrascalejo hasta Cáceres:

Suena el despertador a las siete de la mañana. Con mucho cuidado para no despertar a todo el mundo, me preparo y salgo con mi “bici” dispuesto a comenzar el recorrido. En la calle aún no ha salido el sol, hace frío. En la plaza del pueblo termino de ajustarlo todo: casco, guantes, gafas, etc.. Empiezo a pedalear. Cuando salgo de El Carrascalejo una vista atrás para hacer la primera foto: “Amanecer en el Carrascalejo”.




Llego a Aljucén, quiero desayunar en el bar de la plaza principal, es el único que hay en el pueblo, al llegar me encuentro con la sorpresa de que está cerrado. Media vuelta y rumbo a Alcuescar , 20 kilómetros me faltan para encontrarme con la deseada tostada de “Cachuela” y un gran vaso de “Cola Cao”.
Me conformo con una barra energética de cereales y frutas y me adentro en el parque natural de Cornalvo, rodeado de Alcornocales, encinas, quejigos, jaras, lavandas. El camino discurre por una zona impresionantemente bella, de un gran valor biológico.



En un cruce de caminos me encuentro con un gran rebaño de ovejas y un mastín enorme. Me paro en seco bajando de la bicicleta donde está el cubo de granito que va señalizando todo el camino. Cometo el primer error del día, error del principiante. Si el Cubo de señalización está a la izquierda del camino tengo que coger la dirección contraria, es decir el camino de la derecha. Me equivoqué y elegí la senda de la izquierda justo donde está apostado el Mastín. Andando y con mucho cuidado pasé por delante del perro sin ningún problema, al avanzar no encontraba ninguna flecha amarilla, me di cuenta del error, di media vuelta y otra vez el Perro. Menos mal que estaba entretenido y pasé sin ninguna dificultad. Al pasar por el monolito de señalización y coger el camino correcto pensé: “Recuerda Julio: monolito a la izquierda, camino a la derecha”.

Transitando por esos parajes disfrutaba de la naturaleza, del silencio, de los sonidos de los pájaros, de la esencia del monte. Me sentí plenamente integrado en el paisaje. Empezarón a surgir recuerdos de mi niñez, cuando mi abuelo me llevaba por esos campos de mi pueblo, “La Luisiana”.


El camino se puso más pesado y una piedra en la llanta trasera me hizo despertar. Al detenerme observé que la rueda estaba muy floja, había pinchado. Mi primer pinchazo. Al comprobar que la fuga de aire era mínima decidí no cambiar la rueda hasta llegar a un pueblo. Cogí mi bombín y …-“¡¡¡Increíble!!!! ¿no me lo puedo creer?. ¡He comprado una bomba para válvula estrecha! (Cámara de Bicicleta de Carretera), no servía para mi Bici.(Que ingenuo e ignorante soy, las bombas ya vienen preparadas para que se puedan usar en los dos tipos de válvulas. Este detalle lo desconocía en ese momento). Se acabó el contemplar el paisaje, me quedaban más de diez kilómetros hasta llegar a Alcuescar allí buscaría un taller de bicicletas para comprar una bomba y arreglar el pinchazo. Reanudé la marcha con rapidez, mi intención era avanzar todo lo posible con la bicicleta y el resto hacerlo andando hasta el pueblo. Cuando los “llantazos” eran cada vez más frecuentes me detengo ante un grupo de personas que estaban cogiendo setas por el monte para preguntar la distancia que quedaba hasta Alcuescar. Les comento el problema y me dan la solución: …-“ A un kilómetro se encuentran acampados un grupos de chicos que están haciendo la ruta con bicis…” Llego hasta ellos, me dejan un bombín para inflar la rueda solucionando el problema de forma temporal. En Alcuescar tengo que buscar un taller para arregla definitivamente el pinchazo. Me despido dando las gracias y reanudo la marcha mucho más tranquilo. Entro en una zona del camino muy tortuosa con muchas piedras, avanzo muy despacio con el plato más pequeño pero con las calas trabadas. En un suspiro la rueda delantera se queda clavada entre tanta piedra no me da tiempo de quitar los pies de las calas y… julio se va para el suelo. Primera caída sin consecuencias. ¡Uf!! ¡¡Vaya día que llevo!!! Sin desayunar, la rueda pinchada y ahora caída. Estas son “las cosas del Camino”. Por fín llego a Alcuescar, me salgo de la ruta para adentrarme en el pueblo en busca de un bar para desayunar un buen vaso de leche con cola cao y una enorme tostada con Cachuela. Repuse fuerzas, pregunté por un taller para arreglar el pinchazo, cuando lo encuentro ¡estaba cerrado!. Compruebo la rueda trasera y decido continuar hasta el siguiente pueblo: “Casas de D. Antonio”. Buscando la ruta señalizada con las flechas amarillas me vuelvo a equivocar de camino. Termino en una carretera comarcal con muy poco transito. Avanzo unos cinco kilómetros ya con la sensación de estar perdido hasta que me encuentro a un labrador trabajando en su huerta, le pregunto por Casas de San Antonio y , me indica que la carretera me lleva al pueblo de Albalá y desde allí a Casas de San Antonio.



Menuda vuelta he tenido que dar más de 20 kilómetros. En Casas, la rueda está ya en lo mínimo de presión como no encuentre un bombín tengo que hacer el resto andando. Tampoco hay un taller de reparaciones de bicicletas. A un vecino del pueblo le pido ayuda y éste me soluciona el problema dejándome la bomba de aire que dispone en su coche. Respiro y pienso que por lo menos tengo para otra hora de camino. Al salir del pueblo me vuelvo a encontrar a los chicos de Getafe que estaban acampados por la mañana, me detengo con ellos para charlar sobre las incidencias del camino, decido cambiar la cámara de la rueda y arreglar el pinchazo. Los chicos me dejan su bombín y el kit de parche. ¡¡¡Uf!!!! ¡¡menos mal!!! Arreglado el problema, me despido de ellos dándoles las gracias y nuevamente me incorporo a la ruta señalizada en dirección a Aldea del Cano, Valdesalor y Cáceres.

Por el camino paso por varios puentes Romanos y varios milenarios. Vuelvo a disfrutar de la naturaleza hasta la llegada a Valdesalor sobre las tres de la tarde.



Con un calor agobiante y un hambre tremendo encuentro un restaurante al lado de una gasolinera con un menú bastante asequible. Me guardan la bicicleta en un almacén y con toda tranquilidad me dispongo a saborear una buena ensalada, un Secreto ibérico (Carne de Cerdo Ibérico) y una suculenta tarta de chocolate. Después de descansar una hora reanudo la marcha hasta Cáceres con un calor sofocante y con el Puerto de las Camellas esperando.



La comida me ha sentado estupendamente, me siento con fuerzas y ganas de pedalear. La subida al Puerto la hice con tranquilidad y sin ningún problema. Al final del ascenso ya se ve Cáceres a lo lejos.



Un camino muy llano y en buen estado me deja en la ciudad. Callejeando me interno en el Centro hasta llegar a una gran Alameda donde me espera Isabel para llevarme de vuelta en coche hasta El Carrascalejo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas Julio, soy Figue. Extraordinaria labor la que estas llevando a cabo, me gusta muchisimo como estas enfocando el tema y creo que le servirá a mucha gente que se aventure igual que tú en esa marivillosa ruta.
Por el momento solo puedo apoyarte psicologicamente, mis condiciones fisicas y laborales me impiden acompañarte... bueno y un poco de pereza tambien jejeje...

Un abrazo y sigue luchando por todos los retos que te ilusionan.