miércoles, 21 de mayo de 2008

Mi taller de reparaciones :

Vídeo: Montando el transportín a mi Bpro :



Si disponer de una buena bicicleta para hacer el "Camino de Santiago" es importante, tener un taller de reparaciones y puesta a punto de confianza es fundamental para prevenir cualquier incidencia mecánica que se nos pueda presentar.
Mi ignorancia sobre los talleres de la zona me llevó a buscar información en internet y compañeros de trabajo. Visité varios establecimientos pero mis experiencias no fueron todo lo positivo que esperaba. Al menos los primeros ajustes de la bicicleta se hicieron y pude hacer la primera salida por el campo.
En los caminos cercanos a Rota, el cambio se desajustó de tal manera que resultaba muy molesto continuar la marcha. En la ciudad pregunté por un establecimiento de reparación de bicicletas. Me recomiendan "Taller Antonio". En visitas posteriores se consolida la idea de una tienda profesional, seria y muy recomendable para todos los aficionados a la bicicleta.

De forma casual encuentro un centro de confianza donde poner a punto mi Bpro.

lunes, 19 de mayo de 2008

Entrenamiento 3: Ruta de la manzanilla y el moscatel.

Vídeo de la etapa:


Entrenamiento:” Ruta de la Manzanilla y el Moscatel”: El Puerto de Santa María, Sanlucar, Chipiona, El Puerto de Santa María.


Tiempo total: 4:37:47,58
Kilómetros: 78´8
Velocidad media: 16´4 km/h
Velocidad máxima: 51´7 km/h
Calorías: 2687
Ascenso total.- 378 m.


Con el día amenazando lluvia empiezo la etapa a las 8 de la mañana. Bien protegido del agua y del frío comienzo con mucha tranquilidad por la “Carretera de la Base” en dirección a Rota. A pocos kilómetros ya estoy por una vía pecuaria asfaltada que se extiende paralela a la carretera.



Intencionadamente me paso el desvío que tengo que coger para ir al encuentro del desayuno en una “Venta” muy cerca de Rota. Como siempre un buen vaso de Cola-Cao y una tostada de Pan con aceite de oliva virgen me darán las fuerzas necesarias para afrontar el día.
Hoy quiero hacer una ruta que me llevará a Sanlucar de Barrameda y Chipiona, cuna del vino “Manzanilla” y del vino “Moscatel”.



Comienzo la marcha volviendo sobre mis pasos hasta encontrar otro vía pecuaria asfaltada sin señalización, sólo un cartel indicando “Viveros Céspedes”. Transito por una zona de huertas y pequeñas parcelas de regadío hasta llegar a las Vides, surgen campos enormes de viñedos, perfectamente ordenados, trazando líneas rectas que se pierden en el horizonte en dirección a la Mar.



Mar, viento y uvas crean el microclima único en el mundo que da origen a tan preciados caldos: “Vino Manzanilla”, “Vino Moscatel”.

Por el camino me uno a dos “compañeros de fatigas que me encuentro muy cerca de Sanlucar de Barrameda. Sin darnos cuenta, tenemos la ciudad a la vista. Me despido de mis acompañantes y continúo hasta el corazón de la Villa: Barrio Bajo, Plaza del Cabildo, la Calzada y el Bajo Guía donde el Río Betis (Río Gualdalquivir) abraza al Océano Atlántico. Al otro lado del río, El Coto de Doñana y en la arena de la playa barcazas transportando a Carretas rezagadas que se dirigen en peregrinación hacía la ermita de la Virgen del Rocío.







Reanudo la marcha disfrutando del Paseo Marítimo, al final del mismo una carretera me llevará a la playa de la “Jara”, circulando por urbanizaciones. Casas residenciales del siglo XVIII se mezclan con edificaciones nuevas, todas miran al mar como símbolo del descanso veraniego. En un cruce me detengo: Al frente un camino, a la derecha e izquierda una carretera muy estrecha, a un lado la venta “El Menuito” . ¿ Por dónde voy?, lo mejor es preguntar. Me indican el Camino, “vía verde” del antiguo ferrocarril que unía ambas ciudades. Accedo a Chipiona por su puerto pesquero, enseguida aparece el monumento a su artista más internacional: Rocío Jurado.



Después de la obligada fotografía me interno en el centro del pueblo: Plaza del Ayuntamiento, calle “Sierpes”. En la playa de la Cruz del Mar me quedo observando "los Corrales" (construcción de rocas que al subir la marea queda cubierta por el mar, con la bajamar queda muy poca agua, los peces y crustáceos quedan atrapados en pequeñas lagunas de agua, momento que es aprovechado por los pescadores de la zona para realizar sus pequeñas capturas.





Continuo por el paseo marítimo de Chipiona en dirección a su faro. Con sus 70 metros de altura, sirve de guía a los barcos que se disponen a entrar o salir del Río Guadalquivir.



Recuerdo los días de verano que pasaba pescando al lado del faro. Me fluyen recuerdos y sentimientos de los días estivales en el pueblo: El mercado con sus puestos de pescados, el sonido de cascabeles que los coches de caballos hacían al pasar por mi casa, las tapas en el "Bar de Quino" etc..
¡Julio! ¡despierta!, ya estás en la Playa de Nuestra Sra. de Regla, al fondo el Santuario de la Virgen de Regla, patrona de la Ciudad.



Prosigo mi camino en dirección a Rota y al Puerto de Santa María. Al salir de Chipiona en un pinar cerca de "la playa de las tres Piedras", me detengo para reponer fuerzas. Un enorme bocadillo de filetes de lomo de cerdo y dos Coca Colas reponen mis fuerzas.



Por el Pinar llego a la "Vía Verde que une las ciudades de Rota - Chipiona y Sanlucar de Barrameda. Disfrutando del paisaje llego hasta la urbanización de "Costa Ballena" y desde allí por caminos hasta mi casa en el Puerto de Santa María con el tiempo justo de darme una buena ducha y salir a comer con la familia de Isa.









martes, 6 de mayo de 2008

Entrenamiento 2: El Carrascalejo (Mérida)....Cáceres

Video resumen de etapa:


El Carrascalejo…Aljucén….Alcuéscar…Albalá..Casas de San Antonio..Aldea del Cano…Valdesalor…Cáceres.


Kilómetros.- 81.8

Tiempo total.- 5:57:13,63

Velocidad Máxima.- 40.6 km/h

Velocidad Media.- 12.7 km/h

Altura Máxima.- 515 m.

Calorías consumidas.- 2899

Aprovechando el Puente del 1 de Mayo me marcho al pueblo, El Carrascalejo (Mérida) para pasar unos días de descanso. Me acompaña mi Bpro. porque quiero hacer una etapa de entrenamiento en el mismo Camino de la Ruta de la Plata. El viernes 2 de Mayo es el día elegido para realizar el trayecto desde El Carrascalejo hasta Cáceres:

Suena el despertador a las siete de la mañana. Con mucho cuidado para no despertar a todo el mundo, me preparo y salgo con mi “bici” dispuesto a comenzar el recorrido. En la calle aún no ha salido el sol, hace frío. En la plaza del pueblo termino de ajustarlo todo: casco, guantes, gafas, etc.. Empiezo a pedalear. Cuando salgo de El Carrascalejo una vista atrás para hacer la primera foto: “Amanecer en el Carrascalejo”.




Llego a Aljucén, quiero desayunar en el bar de la plaza principal, es el único que hay en el pueblo, al llegar me encuentro con la sorpresa de que está cerrado. Media vuelta y rumbo a Alcuescar , 20 kilómetros me faltan para encontrarme con la deseada tostada de “Cachuela” y un gran vaso de “Cola Cao”.
Me conformo con una barra energética de cereales y frutas y me adentro en el parque natural de Cornalvo, rodeado de Alcornocales, encinas, quejigos, jaras, lavandas. El camino discurre por una zona impresionantemente bella, de un gran valor biológico.



En un cruce de caminos me encuentro con un gran rebaño de ovejas y un mastín enorme. Me paro en seco bajando de la bicicleta donde está el cubo de granito que va señalizando todo el camino. Cometo el primer error del día, error del principiante. Si el Cubo de señalización está a la izquierda del camino tengo que coger la dirección contraria, es decir el camino de la derecha. Me equivoqué y elegí la senda de la izquierda justo donde está apostado el Mastín. Andando y con mucho cuidado pasé por delante del perro sin ningún problema, al avanzar no encontraba ninguna flecha amarilla, me di cuenta del error, di media vuelta y otra vez el Perro. Menos mal que estaba entretenido y pasé sin ninguna dificultad. Al pasar por el monolito de señalización y coger el camino correcto pensé: “Recuerda Julio: monolito a la izquierda, camino a la derecha”.

Transitando por esos parajes disfrutaba de la naturaleza, del silencio, de los sonidos de los pájaros, de la esencia del monte. Me sentí plenamente integrado en el paisaje. Empezarón a surgir recuerdos de mi niñez, cuando mi abuelo me llevaba por esos campos de mi pueblo, “La Luisiana”.


El camino se puso más pesado y una piedra en la llanta trasera me hizo despertar. Al detenerme observé que la rueda estaba muy floja, había pinchado. Mi primer pinchazo. Al comprobar que la fuga de aire era mínima decidí no cambiar la rueda hasta llegar a un pueblo. Cogí mi bombín y …-“¡¡¡Increíble!!!! ¿no me lo puedo creer?. ¡He comprado una bomba para válvula estrecha! (Cámara de Bicicleta de Carretera), no servía para mi Bici.(Que ingenuo e ignorante soy, las bombas ya vienen preparadas para que se puedan usar en los dos tipos de válvulas. Este detalle lo desconocía en ese momento). Se acabó el contemplar el paisaje, me quedaban más de diez kilómetros hasta llegar a Alcuescar allí buscaría un taller de bicicletas para comprar una bomba y arreglar el pinchazo. Reanudé la marcha con rapidez, mi intención era avanzar todo lo posible con la bicicleta y el resto hacerlo andando hasta el pueblo. Cuando los “llantazos” eran cada vez más frecuentes me detengo ante un grupo de personas que estaban cogiendo setas por el monte para preguntar la distancia que quedaba hasta Alcuescar. Les comento el problema y me dan la solución: …-“ A un kilómetro se encuentran acampados un grupos de chicos que están haciendo la ruta con bicis…” Llego hasta ellos, me dejan un bombín para inflar la rueda solucionando el problema de forma temporal. En Alcuescar tengo que buscar un taller para arregla definitivamente el pinchazo. Me despido dando las gracias y reanudo la marcha mucho más tranquilo. Entro en una zona del camino muy tortuosa con muchas piedras, avanzo muy despacio con el plato más pequeño pero con las calas trabadas. En un suspiro la rueda delantera se queda clavada entre tanta piedra no me da tiempo de quitar los pies de las calas y… julio se va para el suelo. Primera caída sin consecuencias. ¡Uf!! ¡¡Vaya día que llevo!!! Sin desayunar, la rueda pinchada y ahora caída. Estas son “las cosas del Camino”. Por fín llego a Alcuescar, me salgo de la ruta para adentrarme en el pueblo en busca de un bar para desayunar un buen vaso de leche con cola cao y una enorme tostada con Cachuela. Repuse fuerzas, pregunté por un taller para arreglar el pinchazo, cuando lo encuentro ¡estaba cerrado!. Compruebo la rueda trasera y decido continuar hasta el siguiente pueblo: “Casas de D. Antonio”. Buscando la ruta señalizada con las flechas amarillas me vuelvo a equivocar de camino. Termino en una carretera comarcal con muy poco transito. Avanzo unos cinco kilómetros ya con la sensación de estar perdido hasta que me encuentro a un labrador trabajando en su huerta, le pregunto por Casas de San Antonio y , me indica que la carretera me lleva al pueblo de Albalá y desde allí a Casas de San Antonio.



Menuda vuelta he tenido que dar más de 20 kilómetros. En Casas, la rueda está ya en lo mínimo de presión como no encuentre un bombín tengo que hacer el resto andando. Tampoco hay un taller de reparaciones de bicicletas. A un vecino del pueblo le pido ayuda y éste me soluciona el problema dejándome la bomba de aire que dispone en su coche. Respiro y pienso que por lo menos tengo para otra hora de camino. Al salir del pueblo me vuelvo a encontrar a los chicos de Getafe que estaban acampados por la mañana, me detengo con ellos para charlar sobre las incidencias del camino, decido cambiar la cámara de la rueda y arreglar el pinchazo. Los chicos me dejan su bombín y el kit de parche. ¡¡¡Uf!!!! ¡¡menos mal!!! Arreglado el problema, me despido de ellos dándoles las gracias y nuevamente me incorporo a la ruta señalizada en dirección a Aldea del Cano, Valdesalor y Cáceres.

Por el camino paso por varios puentes Romanos y varios milenarios. Vuelvo a disfrutar de la naturaleza hasta la llegada a Valdesalor sobre las tres de la tarde.



Con un calor agobiante y un hambre tremendo encuentro un restaurante al lado de una gasolinera con un menú bastante asequible. Me guardan la bicicleta en un almacén y con toda tranquilidad me dispongo a saborear una buena ensalada, un Secreto ibérico (Carne de Cerdo Ibérico) y una suculenta tarta de chocolate. Después de descansar una hora reanudo la marcha hasta Cáceres con un calor sofocante y con el Puerto de las Camellas esperando.



La comida me ha sentado estupendamente, me siento con fuerzas y ganas de pedalear. La subida al Puerto la hice con tranquilidad y sin ningún problema. Al final del ascenso ya se ve Cáceres a lo lejos.



Un camino muy llano y en buen estado me deja en la ciudad. Callejeando me interno en el Centro hasta llegar a una gran Alameda donde me espera Isabel para llevarme de vuelta en coche hasta El Carrascalejo.